martes, 8 de febrero de 2011

Cuando toca, toca.


Las ganas que tenía yo de escribir esta entrada y lo poco que se me ocurre decir ahora mismo…

Llegué a Madrid la misma mañana del examen, en el AVE tenía intención de repasarme todo Consti pero en el tren se me quitaron las ganas, así que pasé. Al llegar al hotel tampoco pude repasar. La verdad es que estaba convencida de que era mi año y tenía que aprobar, como fuera, así que iba muy tranquila y sin torturarme con “me falta un repaso de tal o de cual”, pensaba “me caiga lo que me caiga lo canto porque no cabe otra opción”. Así que mi novio me dijo de ir a comer y estuvimos una hora dando vueltas hasta escoger un restaurante de estos cutrecillos en los que se come muy bien. Tras lo cual de vuelta al hotel, a ponerme el traje y hacerme el look “Dioza Fortuna”, los tacones y para el TS.

Una vez arriba tuvimos que esperar más de media hora a que empezaran los llamamientos, no sé si es que el Tribunal estaba esperando a que se presentara una de las seis convocadas pero el tiempo iba pasando y a mí se me cruzó por la cabeza que quizá no les diera tiempo a examinarme. La chica no se presentó así que pasó la primera, supongo que cantó los tres primeros temas y luego la invitaron a retirarse y entonces ya me llamaron a mí que, la verdad, estaba deseando entrar, porque tenía delante la madre de un chico que se examinaba en otro Tribunal que estuvo llorando desde las cuatro de la tarde en que llamaron al chico hasta las ocho de la noche en que le dijeron que había suspendido pese a cantarlo todo.

Entré, saqué las fichas y me sorprendí al ver que eran temas lejanos, que personalmente no me gustan, o reformados por la LO 5/2010, pero pensé “bueno, pues será que me toca aprobar con estos temas”. Pasé de cambiar ninguno y me dispuse a hacer los esquemas. Ese es sin duda el peor momento, porque ahí es cuando te das cuenta de que recuerdas la mitad de lo que te viene a la cabeza cuando haces los esquemas con el preparador. Empecé a cantar los primeros temas, cuando pasé al cuarto no me echaron así que seguí, y en el quinto se me paró el crono así que me disculpé ante el Tribunal y pregunté si me podían decir cuánto tiempo me quedaba “Tres minutos pero le damos los cinco de gracia” así que procuré acabar el tema de prisa para no abusar y lo finiquité en cuatro minutejos más pues supuse que ya llevaría unos diez porque los otros temas los había cantado todos en 13 o 12 minutos y no quería arriesgarme a que me quedara más largo de 15. De ahí que acabara de forma brusca y creo que ese fue el único momento en que perdí la calma y la cagué porque estropeé la exposición y la sensación de seguridad que había transmitido hasta ese momento. Pero bueno, ya estaba hecho. Así que salí de la Sala esperando a que me dijeran el qué. Pero no… Ahí empezó la tortura, pasó a hacer los esquemas otra chica y de mientras el Tribunal salió de la Sala, desfilaron ante mí y ni uno me miró dándome alguna pista sobre el resultado. A medida que pasaba la hora de exposición me iba convenciendo a mí misma de que estaba cateadísima.

Cuando al fin salió el Presidente a darme el resultado me quedé con la misma cara de póquer que tuve durante esa hora y pico de espera, ni un atisbo de alegría. Tanto que me giré para decirle a mi pareja que había aprobado y él se pensaba que mi cara era de suspenso. No me di cuenta de que lo habíamos conseguido hasta que vi cómo se le saltaban las lágrimas, pobre. Entonces me acerqué a la chica a ver si había aprobado y me dijo que no, por lo que me llevé un poco de chasco y mientras intentábamos encontrar la salida del supremo e íbamos llamando a nuestras familias. Mi madre pobre se pensó que había suspendido de lo bajito y sin emoción que le comuniqué mi aprobado, pero es que con una compañera que lo ha cantado todo y no ha tenido suerte no te apetece pegar botes de alegría. Así que mi aprobado fue un poco agridulce. De hecho a día de hoy aún no lo he celebrado “a lo grande” como siempre imaginé que sería la celebración del éxito tras tantos años de sacrificio. También supongo que te quedas un poco en plan “¿y tanto sufrimiento para esto?”. Me refiero a que por fin entiendo lo que mi preparador me ha dicho mil veces que del aprobado al sobresaliente hay muchos matices y que según los temas que te toquen sacas una nota u otra, pero aprobar puedes aprobar. Mientras que yo siempre me he autosuspendido pensando que si no lo hacía perfecto no lo merecía y así me ha ido. Por eso mi consejo para todos es no penséis, vosotros a cantar aunque os parezca una mierda de exposición, que ellos decidan, no os saboteéis vosotros mismos.

Ya en el Hotel el teléfono no paraba de sonar, hay que ver cuánta gente se alegra por ti y quiere compartir el momento, así que mi pobre novio mientras yo me pasé dos horas colgada del móvil abrió una botella de cava del minibar y así lo celebramos.

Por la noche no pegué ojo, me desperté a las cinco de la mañana hecha un trapo, lo mismo que cuando suspendía, supongo que son los nervios que salen de repente. Ahora me toca hacer un milagrito con los procesales, pero supongo que cuando te juegas el dejar atrás la opo no hay cansancio ni dolor, así que habrá que rematar la faena;)

Quiero agradeceros muchísimo el apoyo, llevo tanto tiempo compartiendo alegrías y desgracias opositoriles con vosotros que este aprobado es tan vuestro como mío. .. ya nos tocaba;)