Mostrando entradas con la etiqueta preparadores. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta preparadores. Mostrar todas las entradas

sábado, 24 de julio de 2010

La veteranía es un grado


Que nadie me mande ATPC pero, como me suele pasar, tras la entrada de subidón viene una que, si bien no es de bajón, sí de reflexión opositoril y de entonación del mea culpa. Y es que no puede ser de otra forma, tengo que demostrar empíricamente la verdad ampliamente conocida de que los opositores en el fondo somos unos ciclotímicos (sin llegar al trastorno maníaco-depresivo, eh). A veces nos flipamos tanto que luego nos toca bajar y tocar tierra, constatar que aunque hayamos captado cual es el camino hasta el fin si no lo andamos con constancia puede que lleguemos tarde a la meta. Lo bueno es que en el fondo no nos engañamos, somos muy conscientes de lo que estamos haciendo bien y mal y creo que en realidad cuando nos descantillamos es porque lo necesitábamos y lo hacemos de forma consciente. Quién sabe, quizá después del hostión del suspenso necesitaba unos meses relajados... pero ahora estoy a tope y se acabó el cachondeo.

Resulta que hace tanto tiempo que canto bien los temas que no recuerdo cuál fue la última vez que lo hice rematadamente mal (bueno, sí, cuando me retiré en el TS) y eso claro, te anima, pero la verdad es que me ha ido bien porque llevo pocos temas y recientes, y cuando llevas tanto tiempo en ésto no te cuesta nada mirarte unos pocos temas antes del cante y llevarlos bien, como os decía la veteranía es un grado. Pero la gracia de la opo está en que el opositor nunca vaya relajado, tampoco ha de ir ahogado o seguramente se queme (cosa que me pasó a mí en Navidad) pero debe conocerse y poner freno a su vagancia o apretar un poco más cuando ve que le sobra tiempo.

Yo ya veía que me estaba pasando, así que le dije al prepa que en el futuro también llevaría temas atrasados de repaso, a ver si así me obligaba a hacer más, supongo que él también se dio cuenta y me pidió un tema atrasado que no llevaba y, si bien no me quedé en blanco ni hice el ridículo espantoso, sí que me dejé algunos artículos en el tintero y, lo que es peor, lo canté de forma insegura. Como siempre os digo a veces es más lo que se aparenta que lo que se sabe y yo no sé engañar. Si me creo que el tema lo llevo bien lo canto bien, si me creo que lo llevo mal lo canto acojoná y eso se nota, por mucho que otra persona diciendo exactamente lo mismo sea capaz de lucirlo y hacer un buen cante, yo no.
La prueba tuvo su resultado y es que me toca volver al dichoso sistema de arrastre que a mí me aburre soberanamente, pero que como ventajas tiene el ganar en seguridad, que siempre es lo que me falla, así que probaré durante el mes de agosto a ver cómo va la cosa. Pero para mí lo importante no es el cambio de sistema sino que el prepa se haya dado cuenta de que me tiene que achuchar más, que ya estoy recuperada del batacazo madrileño y que necesito que me exijan todo lo que puedo rendir, que es mucho, y que me animen a ello.

Por otro lado, una de las desventajas de la veteranía es que ya no te lanzas ciegamente a hacer lo que te diga el prepa, necesitas saber o creerte que con su planning llegarás al oral en condiciones porque estás harta de hacer caso y que luego te falte tiempo para el examen. Así que en mi próximo cante le pediré un planning por escrito de lo que vamos a hacer hasta el día de mi examen a fin de cerciorarme de que llegaré a Madrid con todos los temas sabidos y machacados y sobre todo para obligarme a cumplirlo consciente que de lo contrario me faltará tiempo. Hay que concienciarse con tiempo o la lejanía del examen te impide darlo todo.

Así que ya sabéis, pedid a vuestros prepas un planning hasta el día D y estudiaréis con fuerza y sobre todo con CONFIANZA de que ese es el camino hacia el aprobado. La veteranía es un grado pero el convencimiento de que haces lo correcto es lo que más motiva, así que ¡a motivarse!

martes, 27 de octubre de 2009

Y de repente CHOFF


hostión in the flowers...

Sí, me la he pegado y bien fuerte. Hace dos semanas me di cuenta de que todas mis previsiones y mi planning tan bien calculado se me habían torcido: van tan lentos que seguramente me examine después de Navidad. Y yo, en lugar de alegrarme de tener dos semanas más, que nunca vienen mal y cuando llega el día siempre son necesarias (si tuviera una semana más llevaría todos los temas perfectos... ya, ya) no sé cómo ni por qué pero me he deprimido. Tal cual. Vale, la palabra deprimirse quizá sea un poco fuerte, pero me ha dado tal bajón que de repente he sido incapaz de estudiar dos temas seguidos sin soltar la lagrimilla.

La presión del examen y el planning tan milimétrico me hacían estudiar y estudiar sin preocuparme de nada más y en el momento en que me han concedido el tiempo de pensar la he cagado: de repente me han entrado todos los males y todo ese cansancio que debía llevar acumulado (pues hace tiempo que no me cojo un día entero libre) se me ha echado encima con alevosía y me ha dado el chungo.

Conócese como chungo opositoril el estado en que se halla el opositor que ni deja de estudiar ni estudia, ni pasa la página ni se la aprende, que mira el reloj y de repente es la hora de cenar y no ha avanzado ni la mitad de los temas que debía y entonces se plantea hacerlos más tarde, pero llega el más tarde y está cansado por lo que los deja para el madrugón mañanero, pero cuando amanece no puede más que apagar el despertador porque está agotado, por mucho que duerma, no quiere levantarse porque la presión empuja demasiado. ¿Y dónde suele acabar? En el pozo opositoril, también conocido por todos salvo por cuatro iluminados que llegan a meta sin un solo tropiezo.

Pero ahí estaba hoy mi prepa salvador, que en lugar de apiadarse de mí y consolarme me ha dado un par de hostias, metafóricamente hablando claro, bien dadas, de las que resuenan y te dejan la cara marcada, de las que te hacen tener ganas de llorar pero esta vez de rabia, de las que te espabilan o te acaban de hundir en la miseria. Y yo, que otra cosa no, pero obstinada con la opo lo soy un rato, ante la disyuntiva de seguir compadeciéndome de mí misma o coger el toro por los cuernos, opto por la segunda vía que total, es el camino que hubiera cogido de aqui un par de semanas yo solita, como hago siempre, que pese a los baches y desvíos vuelvo a la senda, pero bueno, dos semanas de lloriqueos y mea culpa que me he (y os he) ahorrado. Bendito prepa.

Dos semanitas en las que tengo que recuperar el tiempo desaprovechado, medio mes en el que tengo que olvidarme de pensar, que está muy bien para los poetas y para los filósofos, pero que para el opositor a quien se le acerca el examen es peor que una reforma improvisada de temario. Nosotros somos nuestros peores enemigos, ni el Tribunal (y menos este año que están deseando aprobar y cubrir plazas de ahí la lentitud) ni el mundo circundante, sólo nosotros y nuestra mente traicionera que en cuanto la dejamos volar un rato se abstrae de esta rutina tan tediosa, sin tener la inteligencia de ver que la forma más rápida de olvidarse de la oposición es aprobarla y para eso no hay más secreto que estudiar, estudiar, estudiar, y... ¡estudiar! Nada más.

Hoy me he hecho un nuevo planning, me he comprado vitaminas y me he preparado los temas para, ahora sí, estudiármelos sin tener que pensar ni en cuál es el siguiente.

martes, 11 de agosto de 2009

Ella canta sola (BSO)






Queridos compis y lectores, hoy estoy muy contenta, he ido a cantar y me ha ido bien, es maravilloso tener prepa, a mí se me quitan hasta las típicas penas de agosto y de estudiar con
la caló. No obstante la mayoría de prepas están fuera este mes dejando a sus pobres opositores estudiando con el agobio veraniego y sin la motivación del cante, así que en vista de que estamos de capa caída, una cancioncita pa echarnos unas risas;)

ELLA CANTA SOLA

De mayor quiero ser tu opositora
Metidita en casita tol día entero
y acatar como un dogma tus palabras
pa engrosar tu gran lista de aprobadas

De mayor quiero hacerme la vampira
Mientras tú te me piras a la playa
Y aunque poco nos vemos
Yo en verano te espero.
Porque yo sin ti es que no es que no soy nada y

Quiero ser tu vampira con mi cintura ancha
Muy contenta cuando me das el planning
de la semana
Es mi sueño un simulacro es mi sueño estar en chándal
Y contar los días que faltan pa que vuelvas de las vacas

Yo de mayor quiero ser tu opositora
Serán órdenes siempre tus consejos
Porque tú sabes más de todo quiero.
Dedicarle a esta opo todo mi tiempo

Quiero ir al Supremo con mi sed de revancha
Muy contenta cuando me dices que no voy preparada
Es mi sueño que me tumben es mi sueño ir tan cagada
Y contar los días que faltan para estar ya convocada

yo de mayor quiero ser tu opositora
de mayor quiero ser tu opositora
de mayor

Y el día D iré acojonaíca
sin acabar la vuelta y los temas con pinzas
y llamaré para llorarte con mi suspenso
No lo coges, no me escuchas ¡ay! cuánto te debo...

Quiero ser tu vampira con mi cintura ancha
Muy contenta cuando te paso el sobre que no declaras

Es mi sueño otro añito, es mi sueño ir a tu casa

Y contarte el día del cante las desgracias que me pasan...


Como siempre, mis disculpas a Ella baila sola, y gracias por esta canción:D




martes, 4 de agosto de 2009

Castigada



Así estoy o así me siento, castigada sin cantar. Y alguno pensará ¿qué más quieres?, ¡qué suerte! Pero de eso nada, yo si no canto me siento un fraude, que pa una cosa que tengo que hacer que es ir al prepa y cantar cuando no lo hago me siento fatal y me entran los mil remordimientos.
Mi prepa, que lleva poco conmigo pero debe tener mucho ojo y me empieza a conocer ha visto cual es mi punto débil. Yo voy a cantar, ya llueva, ya haga sol, ya esté afónica o con fiebre, sin excusas, siempre. Lo malo de ir siempre y no faltar nunca es que a veces se llevan los temas con pinzas. Y, si bien es cierto que un cante malo invita a la reflexión y hace que nos planteemos ponernos las pilas a la semana siguiente, si por alguna razón en la semana floja tenemos chiripa y nos toca un tema que nos sabemos, no reaccionamos, nos confiamos y lo más seguro es que vayamos a peor, hasta que nos cacen con un tema malo y nos caiga la bronca.
Hoy he ido al prepa tras más de un mes sin cantar (test y vacas -del prepa que yo no he tenido-) y me ha preguntado qué tal el estudio estas semanas. Yo, que no sirvo para mentir (además que para qué, si es engañarnos a nosotros mismos), le he dicho que flojo-flojísimo, que más me hubiera valido cogerme unos días de vacaciones y desconectar, y que esta semana me había puesto las pilas pero que, entre que había tenido un día menos y me había adelantado la hora del cante, había ido de culo con los temas... total que me dice "pues no cantas". Y yo en plan, ¿cómo que no? si he estudiado, a saco, pero he estudiado.
Pues resulta que le da la sensación de que no soy de las que se deprimen por un mal cante (hombre, no me corto las venas aunque me mina la confianza, eso sí) pero que sin embargo sí que me debe dar bastante coraje no cantar, así que para él era mejor que no cantara y me quedara con la duda de si me hubiera ido bien o mal y así la semana que viene evitaría por todos los medios (o séase, estudiando como Dios manda, que esto no tiene más secreto) el ir con temas flojos, pues en ese caso me quedaría sin cantar otra vez.
No es por nada, pero como siga así voy a cantar directa al TS, que esto no puede ser, hace tanto que no canto que ya se me han olvidado hasta mis muletillas. Y es que mi prepa me ha pillado: aguanto las broncas estoicamente, soporto los malos cantes con cara de compungida, pero el no cantar, eso sí que no sé asumirlo. Es como la confirmación de que ya no debería estar opositando, que se me ha pasado la racha de la parábola ascendente y que estoy prolongando agónicamente la decisión de dejar la oposición, y darse cuenta de eso es lo que más duele.
Así que, tras encajar el par de bofetadas verbales, sentirme una opositora fraudulenta y darme cuenta de que no tengo más tiempo para perder, que es ahora o nunca porque me fallan las fuerzas y ya no soy la única que se da cuenta, salí del despacho con mi sonrisa permanente dispuesta a demostrarme no sólo que puedo resistir cuatro meses de estudio intensivo sino que quiero hacerlo.

viernes, 17 de julio de 2009

Quien tiene boca se equivoca


Hello compis,
ya llevo unas cuantas entradas dedicadas al test, como es lógico, pero me he cansado, y en previsión de que salga próximamente (esperemos que el lunes a más tardar) la dichosa lista de aprobados y distribución por tribunales, he preferido adelantarme y escribir una entrada que nada tenga que ver con eso y que hace tiempo me ronda por la cabeza.
Hoy toca hablar de los queridos prepas, figura central e indispensable (en mi opinión) en este camino que hemos decidido recorrer, y si bien por lo general son muy correctos y nos recuerdan con su actitud qué queremos ser de mayor (a poder ser antes de llegar a la edad de jubilación, gracias), no hemos de olvidar que son humanos, que hace un tiempo estuvieron en nuestra misma situación y, en definitiva, que ellos también la cagan.
Mi primer prepa era muy grande, sentía mi oposición como si fuera la suya propia, era capaz de hacerte la ola cuando cantabas bien un tema, pero también de decirte cuatro cosas cuando el rendimiento bajaba. Recuerdo una vez, que me pidió artículos a palo seco, yo se los canté, llevaba muy poco tiempo y no me salieron literales del todo, pero bueno, tampoco fue como para echarse a llorar.
Acabo, me callo, lo miro y me dice:

-María
-¿Sí?
-Tú te crees que te lo sabes...
-Ssi...
Pero no te sabes UNA MIERDAAAAA! (decibelios in crescendo)
Os podéis imaginar, además del impacto por el contenido de su afirmación en sí, la cara de viento que se me puso con el grito, que casi me hace un lifting antes de tiempo jajajaa Aun así aguanté el tipo, como si nada, puse un poco de cara de compungida pa darle penita y me dejó marchar mientras las palabras resonaban en mi cabeza.
Al menos no me dio por llorar.
Mi pobre compi, un día fue a cantar con el típico bajón opositoril de "esto es un suplicio", "no me entran los temas" etc, etc, y claro, nuestro prepa servía para lo que servía, pero la psicología no era lo suyo. Entró en el despacho y le empezó

-Verás, esta semana ha sido pésima, llevo los temas fatal, no me ha dado tiempo a mirarme nosequé...
Respuesta del prepa: "¡A mí no me cuentes tu vida, aquí se viene a cantar temas!" y fue como darle al ON de los conductos lacrimógenos, y mientras mi compi se sorbía los mocos, continuó "venga, venga, déjate de pamplinas, tema tal". Y así fue como descubrí que se puede cantar llorando como ya hiciera Sinead O'Connor con el "Nothing compares 2U"... efectivamente, nada era comparable a la presión del día del cante (echo de menos los ocho kgs que me hizo perder en segunda vuelta). Mirando el lado bueno, a mí cuatro lagrimitas no me van a parar ante sus Señorías el día de mañana. Seguramente, no es que no tuviera sensibilidad para las crisis opositoriles, sino más bien, nos estaba preparando en las condiciones más adversas para el gran día.
Si es que a veces el opositor con sus cortas luces no pilla todos los matices del entrenamiento...


También los hay que no te meten bronca pero que te sueltan según qué cosas y se quedan tan anchos, y aquí llega, al fin, tras tanto anunciarla, la historia de "La Fea".
F. fue un día al prepa a poco de su estreno en el Supremo, y el cante no debió ir todo lo bien que cabía esperar cuando el prepa le dijo a modo de palmadita en la espalda "Bueno, es que como tú eres fea...". Así, sin más, fea... F E A.
Ese martes, en nuestro italiano que huele a fritanga, F. me confesó, "Mery, que mi prepa me ha llamado fea" y yo pa que no pareciera algo inaudito pregunté "¿Por qué?" como si hubiera una explicación racional para tal afirmación, a lo que me respondió ya algo cabreadilla "yo que sé tía, me ha llamado fea, y punto".
En ese momento hice acopio de mi lógica aplastante para tranquilizarla "Eso es que en su pueblo como contrario de maja se utiliza la palabra fea, como queriendo decir seria y tal, es algo bueno, quiere decir que tienes pinta de persona responsable"... Bueno vale confieso: se lo dije mientras se me caían los lagrimones de la risa.
Desde aquél día F. es La Fea y, si es que su prepa algún día llega a leer esto que sepa que la fea, en cuanto apruebe, le va a preguntar ¿por qué? antes que darle las gracias...
(Nota para el lector: la fea no es ningún adefesio).

También hay prepas que ni gritan ni te llaman fea, pero no se te ocurra preguntarles una duda que no sabes con qué te pueden sorprender. Una compi, a puertas del test, le preguntó al prepa acerca de la posibilidad de continuidad delictiva en la violación. Vale, el tema puede prestarse a rollos escatológicos, pero un Señor Magistrado podría tomar ejemplo de Luzón y utilizar términos como "iteración inmediata del coito por insatisfacción o dominio del furor erótico", "misma situación intimidatoria, víctima y circunstancias de tiempo y lugar"... yo que sé, cualquier cosa menos "meto pene, saco pene, meto pene, saco pene, meto pene, saco pene y me corro en su boca" (palabras textuales, no omito ninguna de las embestidas, ejem y por lo que me dijo la frase iba acompañada de un vaiven rítmico de la mano palante y patrás)... Y yo me pregunto qué cara se le quedaría a los viejecitos entrañables si soltamos una de estas.
Quizá su prepa quiso explicarlo de la manera más llana posible, presuponiendo las capacidades mentales mermadas del opositor cuando se ha embutido trescientos temas para el tipo test... Seguro que con una explicación de este tipo no nos suspenden por "exposición poco amena" jajajajajaaaaa ¡Si es que en el fondo todo lo hacen por nuestro bien!


Así que compis, recordad, aunque nosotros de vez en cuando tengamos un lapsus, ellos no se quedan cortos, son tan humanos como cualquier hijo de vecino: se les va la pinza, a veces dicen tontadas y otras parecen extraterrestres y, si ellos han aprobado y tienen su plaza, nosotros, con nuestras virtudes y defectos, no vamos a ser menos... Que como dijo mi primer prepa una vez "Aprobar la opo es muy fácil, sólo hace falta saberse los temas y cantarlos ante el Tribunal" (está tirao, vamos).. así que a seguir su ejemplo, que "Hay que estudiar con alegría, ¡coño!" Y si fallamos de tanto en tanto, tranqui, en el futuro nos pagarán por ello;)

lunes, 18 de mayo de 2009

Commitment


Vengo de cantar y tengo mil cosas que hacer en mi tarde libre post cante ya que esta semana he ido bastante de culo: tenía un día menos para estudiar, además de visitas médicas y otros rollos que no vienen al caso, pero no puedo evitar escribir una entrada pues nos movemos por compromisos, sean expresos o tácitos, y yo me he obligado a mí misma a aprovechar la tarde libre después del prepa para escribir algo por aqui... lo malo es que también tengo el deber, más que nada por razones de salubridad, de limpiar mi casa, hacer la compra, comprar la comida y la arena de los gatos, poner lavadoras, etc. Todo en esta tarde que no sé cómo estirar más.

La clave para hacerlo todo es organizarse, pero más efectivo aún es comprometerse con otra persona pues el compromiso propio, en mi caso, me lo puedo saltar, pero si hay otras razones extrapersonales cumplo. Lo que hago es invitar a una amiga cada martes a comer a mi casa. Lo lógico siendo opositora/monja de clausura sería salir a comer por ahí, pero no, el martes es mi día de comida casera así el lunes post cante me obligo a pasar por el super (estaría feo llamar al chino a domicilio) y a limpiar la casa, que yo no dejo pasar a nadie si no está como los chorros del oro (bueno, a veces con opositores hago una excepción, que entre nosotros nos entendemos).


Y lo mismo me pasa con los temas nuevos que llevo al prepa. Cada semana hago examen de conciencia y me digo a mí misma la semana que viene haré tropecientos mil temas más, aprovecharé otras tantas horas, me acostaré con el Código en la mano, etc, pero luego no hago nada de eso a menos que así se me exija, y es que soy floja, qué se le va a hacer. Por eso yo necesito un prepa, necesito que me marque objetivos sin dejar la planificación a mi voluntad, porque mi voluntad falla muy a menudo, pero mis compromisos con terceros casi nunca.

Así que cuando hoy me ha felicitado por mi cante (je, je, je, estamos en racha, cómo se notan los simulacros) pero me ha dicho que suba temas aprovechando que parece que llevo bien los de repaso, yo le he pedido que me diera un número, porque a mí lo de "cuántos puedas" no me sirve, necesito una meta, para obligarme. Me ha marcado un mínimo de seis (que es lo que estoy llevando actualmente) y un máximo de diez temas nuevos semanales... yo voy a intentar que ese máximo sea la media, que sino ya me conozco y no pasaré de ocho, que aunque haya estudiado derecho yo era de ciencias y ciertos cálculos, con tal de vaguear, se me dan demasiado bien.

Y con el blog pasa lo mismo: además de la obligación (que es un placer) de leer y comentar los blogs de otros compis que a su vez comentan el mío, conociendo la ilusión que hace que alguien te dedique un momento y saber que no estás solo en esto, me obligo a escribir mi entradita semanal. ¿Mi compromiso en este caso? con mi baby curls favorita, que en breve dará un concierto en el TS y me la pide para su Nespresso, ¿cómo podría negarme?

viernes, 8 de mayo de 2009

Sweet Dreams


No sé si es la primavera que la sangre altera, que mi prepa está de baja, que últimamente me ha dado por hacerme simulacros día sí día no o que se acerca el test (supuestamente, porque ahora se rumorea que no tenemos fecha ya que coincide el 28 de junio con el examen de los de Gestión) pero yo estoy muy cansada y sólo me apetece dormir.

Por un lado pienso que es bueno, ya sabéis que durante el sueño se afianzan los conocimientos en nuestra memoria, por tanto tan importante es estudiar como luego descansar las horas necesarias para que el estudio haya merecido la pena... De hecho, hubo una época en que, al contrario de lo que suele ser normal en mí, antes del cante me daba un sueño irresistible y recuerdo haber llegado alguna vez al prepa con la marca de las sábanas en la cara. A veces una siestecilla cunde más que un repaso histérico, esa es la conclusión a la que llegué, ya que lo poco que sabía estaba bien fijado... otras veces parece que ese último repaso te va a salvar la vida y luego resulta que mezclas conceptos y se te confunden los temas. Como aquella vez que hice el ridículo más espantoso con un amigo de mi prepa.

Mi prepa no nos podía tomar los temas esa semana y nos dijo que le cantáramos a su amigo, Juez de Instrucción. Pallá que fuimos mi compi y yo. Ella me advirtió de que ya había cantado una vez con ese hombre y que era muy amable y eso que ella había cantado tan mal que no había por donde cogerlo. Íbamos subiendo en el ascensor y yo le iba diciendo a mi compi "ojalá me caiga el de la patria potestad que lo llevo bien esta semana" y... ¡tachán! Va y me pregunta precisamente el de la patria potestad, yo superhappy cuando empiezo a cantar y ¡horror! En lugar de la patria potestad me doy cuenta de que me sale el tema de la tutela. Fue HORROROSO, no os podéis imaginar lo mal que lo pasé, cambiando la palabra tutela por patria potestad e improvisando en el acto, porque a medida que iba cantando me iba acordando de lo que tendría que haber dicho cuando ya había pasado el epígrafe.

Mi compi se puso hasta roja de la vergüenza ajena que estaba pasando jajajaja En serio, ahora me río, pero qué mal quedé. El pobre hombre que era un trozo de pan incluso le encontró alguna virtud a mi cante penosísimo... llega a ser mi prepa y me cae la del pulpo. Y ¿por qué pasó? porque tuve la brillante idea de repasarme la tutela justo antes de subir a cantar y no sé cómo se interpuso entre mi cerebro y la patria potestad, brindándome ese resultado catastrófico.

Ahora soy consciente de que es mejor afianzar bien los temas aunque luego no te los vuelvas a mirar antes del cante a no darlos por finiquitados confiando en un último repaso, porque aunque te de tiempo la memoria reciente puede jugarte malas pasadas.

A veces olvidamos que la oposición es la (ya famosa) carrera de fondo. No nos jugamos lo que hemos estudiado en el día, en la semana, o en el último mes, no. Se nos pone a prueba respecto a años de estudio, por eso cada día debería contar sin tener en cuenta cuándo nos exáminamos, cada día deberíamos darlo todo. El último mes se pueden hacer milagros, pero hay que depender de demasiados factores, mientras que si uno va con los conocimientos asentados gracias a años de constancia y esfuerzo, el resultado está prácticamente asegurado.

¿Y todo esto por qué se me ha ocurrido precisamente ahora? Porque mi amiga Traditioficta es una campeona, un ejemplo de esfuerzo y constancia, una opositora modelo, paradigma de lo que hay que hacer en esta travesía, y en breve irá al Supremo a dar el último do de pecho. El último, porque estoy tan absolutamente convencida de que va a aprobar que no me cabe en la cabeza un resultado distinto. Si alguien se merece entrar en la Sala como opositora y salir como Fiscal esa es ella.
Quizá los que lleven poco tiempo no me acaben de entender, pero los que ya empezamos a considerarnos veteranos tenemos un pálpito cuando alguien se va a examinar de si va a aprobar o no, y no es porque seamos adivinos, es porque se percibe por cómo afronta los últimos momentos de su vida opositoril si ese va a ser con toda seguridad su año.
La mayoría de veces, no podemos afirmarlo con tanta certeza, pensamos: tiene muchas posibilidades, ojalá tenga suerte, etc. Pero, en un escasísimo porcentaje, estamos segurísimos de que le caiga a esa persona el tema que le caiga aprobará, con más o menos nota según la suerte que tenga, pero que aprobará seguro. Y ese es el caso de nuestra próxima goleadora.


Recuerda que estamos contigo, que confiamos en ti, y que si todo va según lo planeado y se hace justicia aprobarás, porque te lo mereces y ningún otro resultado sería lógico. Que eres el ejemplo a seguir de muchos de nosotros y que no necesitas hacer milagros: ya está todo hecho, te lo has ganado. Así que estos días descansa y ve a sus Señorías emanando esa energía que te caracteriza y demuéstrales lo que nosotros ya sabemos, tu plaza te aguarda.

De mientras, a la espera de poder celebrar su aprobado, yo seguiré aprovechando mi racha narcoléptica para adelantar en sueños lo que más deseo.

jueves, 9 de abril de 2009

El Prepa


La oposición es comparable a una combinación entre maratón y carrera de obstáculos y el opositor, como deportista de élite que es, necesita un preparador que le enseñe a ejercitar los músculos/memoria, a recorrer el camino con buena marcha, a saltar los escollos imprevistos, a levantarse después de cada tropiezo y sobre todo a aguantar la presión del que se lo juega todo el día de las olimpiadas y sabe que de nada sirve participar: para que te reconozcan algo has de llevarte una medalla, en nuestro caso el aprobado.
Es cierto que el preparador no aprueba la oposición por nosotros, pero por lo que he podido constatar igual de innegable es que el preparador que escojas marca la diferencia entre aprobar pronto o tardar muchos años o incluso dejarlo por imposible, entre ser un opositor orgulloso como el que trabaja en lo que le gusta o ser un amargado como el que odia su trabajo y hace lo necesario para comer. Que sí, que la opo no es muy agradable, pero puede ser satisfactoria, puede ser un camino gratificante hasta el aprobado al igual que el trabajo puede, pese a todas las dificultades que presente, ser un buen medio para que luego podamos disfrutar de nuestros momentos de ocio.
El preparador es una figura crucial para el opositor, se requieren muchísimas aptitudes para ser bueno, y no se trata tanto del conocimiento del Derecho (para eso ya tenemos los Códigos) sino del conocimiento de la personalidad del alumno, un preparador tiene que ser una persona muy perceptiva, saber cuándo apretar y cuánto, sin hacer que el opositor se queme, pero tampoco dejarlo vaguear, en cuyo caso se queda atrás y el resultado acaba siendo el mismo: nefasto para su moral.
Es muy difícil encontrar un preparador ideal pues, al igual que cada opositor es un mundo, cada uno requiere una preparación individual, sui generis, hecha a medida y está claro que los preparadores que buscamos son Jueces y Fiscales, no psicólogos, aunque su labor muchas veces se acerca más a esa rama que a la jurídica.
De ahí que un preparador pueda ser perfecto para un alumno X y pésimo para un opositor Y, y alguno puede que sea el adecuado para todos: el denominado "Preparador Camaleón" que se adapta a su entorno... pero estos son pocos y raros de descubrir ya que probablemente el opositor que apruebe con ellos jamás se de cuenta de esta virtud.

A lo largo de este tiempo de opositora entregada a la observación del mundo opositoril he comprobado que hay muchas clases de preparadores y en vista de que una de las primeras preguntas del que empieza con esta vida es ¿a quién escojo como preparador? he creído importante abrir esta entrada.

Hay preparadores que son excelentes en cuanto a marcar ritmo de trabajo y a concienciar al opositor de que en la oposición no hay excusas, no hay tiempo para rodeos, para sentir pena de uno mismo, todo el tiempo del que dispone el opositor es para estudiar, nada de pensar.
Personalmente creo que este tipo de preparador es muy bueno, el problema es que si el opositor, pese al ritmo de trabajo, no aprueba pronto, por los motivos que sea, acaba incluso temiendo el ir a cantar o aborreciendo a su preparador: deja de ser su aliado para encarnar a
l padre autoritario al que no queremos decepcionar sintiéndonos cada vez más inútiles o un jefe despótico que estamos deseando perder de vista... lo peor que le puede pasar a un opositor es perder la fe en su preparador y esto pasa cuando no encuentra consuelo en el mismo, seguramente porque fue un maquinón en su día y no puede ponerse en el pellejo del que ha tropezado por el camino y no consigue correr como antes porque le duele el batacazo.
Lo más probable es que si yo fuera preparador sería de este tipo. No me gustan los victimismos, ni los lamentos, las quejas y los lloros me repelen, y por eso procuro no caer en ellos y cuando lo hago siento una vergüenza profunda, pero gracias a la opo y a su inestimable lección de humildad ya me he llevado unas cuantas tortas y estoy aprendiendo a aceptar que no podemos ser siempre lo que nos gustaría ser: a veces somos débiles, nos equivocamos, lloramos y, con algo de tiempo, lo superamos.
Como me dijo un día un amigo, el opositor es como un caballo de carreras, hay que entrenarlo a diario y hacer que se esfuerce para ser el ganador, pero a veces hay que percibir cuando toca dejarle pastar y corretear alegre por el campo, mejor eso a que compita lesionado y haya que lamentarlo.


Hay otros preparadores que son completamente diferentes, son los que dejan al opositor a su aire. Este tipo de preparador puede ir bien para el opositor veterano que viene quemado y necesita algo de libertad, pero la oposición es un ejercicio de equilibrio, y tan malo es un extremo como el otro.
Si dejas al opositor que lleve las riendas acabará vagueando más de lo necesario y lo que es más grave: cuando quiera entrenarse en serio lo hará mal... para eso está el preparador, para evitarle al opositor las preocupaciones de hacer plannings y calcular fechas y ritmo necesario. Si el preparador se limita a escucharle los temas durante 15 minutos, el opositor acaba siendo su propio entrenador y está solo, todas las equivocaciones que pueda cometer recaen sobre él y su autoestima se va al garete, y si el opositor se cree un fracasado inevitablemente fracasará en el examen.
La oposición bastante dura es de por sí como para asumir toda la carga.


Como siempre en el término medio está la virtud. Hay que encontrar un preparador que sepa llevar las riendas y soltarlas de vez en cuando, que sepa marcar el ritmo y alentar a su opositor, que intente robotizarle para aprobar rápido la opo pero a la vez entienda que es humano pero, sobre todo, lo más importante es que se preocupe por él, que le importe.
Que sienta tu aprobado como una victoria propia, que entienda esa carga y que la comparta contigo, que haga lo posible para guiarte bien porque tu meta es la suya, que te acompañe en el camino y comparta tu éxito, pues en parte se lo debes a él.


Vaya, acabo de releer lo escrito hasta ahora y veo que he escrito una entrada bastante seria, no era mi intención, de hecho tengo unas cuantas anécdotas sobre el tema que iban a ser la base de la misma, pero supongo que es una cuestión que da para mucho, y me he decantado por exponer lo básico a modo introductorio, seguramente inducida por las preguntas de muchos compis acerca de si es necesario preparador y sobre todo por qué es tan vital para nuestro éxito.
Supongo que otro día retomaré el tema y lo abordaré desde otra perspectiva, pero eso será otro día, por hoy me contento con señalar que, como todo gran competidor, necesitamos un equipo que nos respalde y esa función recae, además de en la familia y amigos que son como nuestros incansables fans, en el entrenador, coach, o como queráis llamarlo: El Prepa.