
Como estamos tan concentrados en nuestra lucha diaria con los porqueris acabamos un poco alienados del resto y por desgracia no nos unen más que foros y blogs y no hay nadie que eleve peticiones en nuestro nombre ni tutele nuestros derechos (que alguno deberíamos tener, digo yo... tanto estudiarlos y parece que pa na). De ahí hace un tiempo se me ocurriera la idea del PPO.
En un principio surgió como reacción a las insistentes preguntas en el ascensor cuando subía con algún vecino del tipo "¿Has aprobado ya?"... A ver, no saben ni mi nombre, y siempre que subimos olvidan a qué piso voy, pero bien que se acuerdan de que sigo sin currar porque estudio opos, ni que me examinara cada día. Luego bajas a comprar el pan y también la panadera te pregunta, porque tu madre se preocupa de ir predicando a todas las dependientas del barrio que su hij@ estudia pa Juez (léase Secre, Notario, Registrador, Inspector... lo que sea a lo que oposites). Ante tanta insistencia uno cada vez que va a examen trata de adivinar cuántas veces tendrá que contar que ha suspendido al colectivo de desconocidos que sin embargo sabe muy bien que estudias desde hace años y se pregunta no demasiado disimuladamente si es que eres un poco oligofrénico para no habértela sacado ya.
Tus amigos y parientes saben cómo va el examen, cuál es el sistema de oposición, los factores que hay que tener en cuenta que no podemos controlar, la putada de jugárselo todo en un solo día, etc, etc, los (des)conocidos curiosos no.
Esto eleva más de lo que pueda parecer la presión del pobre opositor que sabe la cruz que le cae encima si suspende y tiene que volver a contestar por enésima vez "otro año será" mientras agacha la cabeza ante la falsa comprensión del oyente cotilla. Por ello, en un primer momento el Programa de Protección de Opositores consistiría en reubicar al opositor (con cambio de nombre incluído) que decide dejar la opo a otra ciudad, donde nadie le conociera, y dónde nadie pudiera preguntarle por la dichosa oposición ni fingir escuchar las "excusas" de lo difícil que es la opo.
Pero poco a poco me fui dando cuenta que ese debía ser el paso último y extremo del PPO, que podía haber algunas medidas previas... como el Derecho Penal sancionador debería ser la última ratio, cuando todos los demás recursos se hubieran agotado. Así que la idea del PPO se fue ampliando, por ejemplo: cuando la biblio está llena y te marginan descaradamente por ser opositor pidiéndote el carnet a sabiendas de que ya no eres lo que ellos consideran "estudiante" y que por eso o bien tienes el carnet de otra universidad ya que como opositor vas a la más cercana, no necesariamente a aquella en que estudiaste, o bien aún teniendo el carnet está caducado porque hace unos añitos que dejaste de matricularte en Derecho Romano, en estos casos el PPO debería proporcionar el "carnet opositor" que sería como un carnet vip de las bibliotecas. Por lo cual el opositor podría entrar el primero aún en época de exámenes e incluiría, claro está, un derecho preferente sobre los mejores sitios, sin que nadie te pudiera echar con la excusa de que el enchufe está cerca y necesitan usar el ordenador... y sin que tu tengas que morderte la lengua pensando que lo de prior in tempore potior iure debería ser más que un latinajo.
Pero eso no era suficiente, cuando vuelves a ir a Madrid y caes en el dineral que supone examinarse y en lo injusto que es no saber el día concreto con antelación para poder reservar billete y alojamiento, te das cuenta de que el PPO debe intervenir también en este campo. Por ello, el opositor con su carnet del PPO podrá viajar en AVE a Madrid gratis, sólo cuando el trayecto coincida con la fecha del examen, tampoco debemos aprovecharnos, y tendría algún tipo de convenio con los apart-hoteles que están frente al Supremo para que el opositor pasara la noche del examen ahí sin necesidad de haber reservado mil fechas posibles en todos los hostales y pensiones medianamente cercanos.
Y por último el PPO también se ocuparía de la salud del opositor incluyendo fisioterapeuta un par de veces al mes para los dolores de espalda o abono al gimnasio más cercano, aqui dejo la opción abierta, que no soy la única que durante la opo se ha apuntado tres veces al gimnasio y lo ha dejado, que ir cada día cuesta lo suyo cuando uno está reventado de estudiar. Del mismo modo incluría un descuento como el que hacen a los jubilados (nosotros cobramos menos que ellos) para medicinas opositoriles tipo vitaminas y otras que el opositor siempre tiene a mano y sobre las que no me extenderé pues serán el tema de otra entrada.
Por fin el opositor dejaría de ser un don Nadie con su estatus de opositor conocido y respetado por la sociedad (o al menos por estudiantes impertinentes de las biblios, algo es algo) y además, si el Estado nos financiara la oposición seguro que se preocuparían de mejorar el sistema para que no tardáramos tantos años en aprobar, sería una inversión, ¿no os parece? Pero lo que es más importante, por fin dejarían de mirarnos con esa cara medio de lástima y de superioridad al saber a lo que nos dedicamos y nosotros podríamos decir con orgullo "¡SOY OPOSITOR! ¿a que mola?"... Jajajaja, aunque nos nos engañemos, aún sin PPO la gente inteligente sabe lo que valemos y los que nos tratan de idiotas o imbéciles sin saber la graduación de la oligofrenia probablemente es por que son torpes mentales así que debemos disculparlos. Lo mejor será dejar de preocuparse del qué dirán y seguir el camino con la cabeza bien alta, la sonrisa Profident y una mirada a lo L'Oreal en el ascensor o donde se tercie: "Porque nosotros lo valemos".